Skip to main

Los videojuegos: el empleo del presente y del futuro

 
Fecha: 11/04/2017
 

Hoy este sector ha experimentado un gran crecimiento con la aparición de las tecnologías móviles.


Si hace unos años alguien decía que se quería dedicar al sector de los videojuegos, se le tachaba de friki. Sin embargo, formar parte de esta industria es hoy una de las aspiraciones de muchos.

Este ámbito se ha profesionalizado, crece a un ritmo vertiginoso y ya factura más que el mundo cinematográfico y musical.

Aunque el sueño de todo desarrollador sea trabajar en Nintendo o Sony, las salidas laborales van más allá. Empresas que crean aplicaciones, centros de ocio y startups especializadas también demandan nuevos expertos.

No solo hay oportunidades para los desarrolladores, existe un amplio abanico de posibilidades y se trata de un negocio que requiere perfiles diversos.

"El crecimiento que se ha experimentado durante los últimos años se debe a un cambio de paradigma. Por una parte, ha sido fundamental la aparición de las tecnologías móviles y, por otra, han nacido nuevas empresas capaces de crear juegos más sencillos y para los que ya no hace falta pagar para consumirlos, sino que el usuario paga a medida que quiere acceder a nuevas funcionalidades", explica César Pérez, profesor de Gamification de EAE Business School.

"El primer gran éxito fue el de Angry Birds, desarrollado por la firma finlandesa Rovio Entertainment cuando todavía era una startup", agrega.

Todo ello ha dado lugar a un nuevo escenario: hay videojuegos que inspiran películas, como es el caso de Assassin's Creed; han aparecido tendencias como la realidad virtual y aumentada; y se ha creado todo un ritual alrededor del fenómeno de los eSports.

Por ejemplo, Movistar abrió el primer canal de televisión dedicado a estas competiciones en las que intervienen varios jugadores profesionales y que se desarrollan en eventos públicos.

Perfiles


Se produjo una especialización del sector y se definieron mejor los distintos roles que intervienen en la creación de un videojuego.

"Principalmente, se trabaja en cuatro áreas: producción, diseño, programación y arte. Éstos son los pilares de la industria, pero al mismo tiempo se empiezan a demandar perfiles que antes apenas hacían falta en este sector como los expertos en relaciones públicas, marketing y community managers", comenta Francisco Javier Soler, director académico del área de videojuegos y director de proyectos de videojuegos en U-tad.

En concreto, estos son algunos de los perfiles más demandados:

'Game developer': está involucrado en todas las fases del proyecto (producción, diseño, programación, audio, etcétera). Normalmente, es imprescindible contar con varios años de experiencia.

Programador: es experto en códigos y lenguajes informáticos. Crea la estructura técnica, la interfaz y hace que los personajes interactúen.

Animador: se encarga de transformar las acciones en ciclos para que éstas se puedan repetir. Su trabajo es similar al que se realiza en la industria del cine.

Dibujantes y artistas: son perfiles más humanistas y diseñan los escenarios y los personajes. También ha aparecido la figura del technical artist, que conoce el hardware sobre el que se construye el contenido.

Desarrollador de 'apps': domina las distintas posibilidades que ofrecen los dispositivos móviles para ponerlos al servicio del desarrollo del negocio.

Diseñador de monetización: dentro del mundo de las apps es el encargado de crear la estrategia del juego para enganchar al usuario y así determinar en qué momento se empieza a ganar dinero con el juego.

Expertos en realidad virtual: la implantación de las tecnologías inmersivas es una de las últimas tendencias. Estos especialistas deben tener conocimientos de arte, diseño, programación y dominar el nuevo medio en el que se desarrolla el videojuego.

Diseñador UX: planea cómo va a ser la experiencia del usuario. Se trata de un perfil mixto que debe dominar aspectos matemáticos y psicológicos.

Analista de datos: estudia la información generada por cada usuario para crear predicciones de consumo y del éxito del juego en el mercado.

 

Fuente: El Observador