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Tres técnicas para evitar que lo desborden los problemas en el trabajo

 
Fecha: 14/12/2018
 

Cómo encontrar soluciones rápidas para descomprimir los conflictos en esta época del año.


Por Daniel Colombo - coach

De pequeños a muy importantes, a veces cuesta priorizar la avalancha de contratiempos cotidianos. A continuación, tres técnicas sencillas que permiten obtener mayor claridad casi instantáneamente para impedir que los problemas desborden.

Técnica 1: Enmarque el problema

Aplicando la visualización creativa, es importante tomar un momento para cerrar los ojos y visualizar un mapa completo del problema o situación que aflige en ese momento. Imaginar que se toma un marco de madera, como los que se utilizan en los cuadros o espejos. Visualizarse sosteniendo el marco con las dos manos, y colocarlos frente a uno, a cierta distancia de los ojos. Ahora, a través de él, ver el foco del problema.

Tomar consciencia del entorno, y cómo este va perdiendo potencia, porque el foco está puesto en lo esencial. Lo demás es accesorio. De esta forma, se enmarca el problema y se detecta qué es lo más relevante para tomar acción. Y, desde este lugar de observación más preciso, se podrán definir las mejores decisiones. Circunscribirlo a un espacio mucho menor que ese "problema gigante" que estaba en la mente hace que ya no invada toda la energía ni atención. Ahora queda resolver lo que está enmarcado, y el resto va a pasar a un segundo plano.

Técnica 2: Perspectiva

Por lo general, el 95% de los seres humanos definen una actitud positiva cuando las cosas van bien, y negativa, cuando sucede lo contrario. En el medio existe la actitud neutral, que es una alternativa para colocarse por un momento en el rol del observador consciente.

Sin tomar acción inmediata, imagine que está remontando vuelo en un globo aerostático o avión, y que va perdiendo de vista el gran problema que invade todas sus emociones. Mientras asciende, puede ver eso que le preocupa tanto desde distintas posiciones. ¿Qué siente? ¿Puede ver algún punto de vista diferente? ¿Qué emociones aparecen? ¿Si le pusiera palabras, cuáles serían? ¿Si el problema le hablara, qué le diría? Observe cómo se va haciendo más diminuto, a medida que toma altura, hasta que desaparece.

Tome consciencia de las distintas perspectivas que puede ver al hacer este ejercicio. Su propósito es adquirir herramientas de información neutral, a través del desapego emocional a lo que está viviendo. Al observar el problema en diferentes perspectivas seguramente aparecen alternativas de solución. Con el ejercicio constante, podrá entrenarse en tener esa visión dinámica de las situaciones problemáticas para focalizarse en la solución, y no preocuparse en exceso.

También le ayudará pensar en forma práctica: ¿qué es lo peor que puede pasar en esta situación? Se dará cuenta que, en muchos casos, las fantasías negativas son mucho más grandes que la realidad, o la forma en que puede resolverse.

Técnica 3: Comparación indirecta

Aunque cueste asumirlo, casi todas las situaciones que se viven, en algún lugar interno muchas veces inconsciente, las hemos creado, provocado o permitido. Sin ponerlo en términos de culpa, y sí de responsabilidad personal, necesita observar los problemas incluyendo su parte para que resulten de esa forma. Es más sencillo echar la culpa a otro. Sin embargo, en la mayoría de los casos hay una implicancia individual para que las cosas se desaten de cierta forma.

Esta técnica de comparación directa lo invita a bucear profundo en lo que siente en ese momento: cuáles son sus emociones, cómo está su respiración, si hay alguna manifestación física extraña, si percibe algo diferente cuando está en medio del problema.

Luego, escriba el problema en el centro de una hoja en blanco. Trace líneas como le surjan, sin que su mente intervenga, y escriba otros acontecimientos del pasado reciente o lejano que pudieron desencadenar algo de lo que hoy preocupa. ¿Qué observa? ¿Hay algo que aprender de ello?

Y yendo un paso más profundo en este ejercicio, observe si, por fuera de este problema, hubo en el pasado situaciones que pueden emparentarse con la actual. Trace líneas punteadas en el borde de la hoja, y escriba esas conexiones con las demás ramas de este mapa emocional que está dibujando. Observe neutralmente lo que acaba de construir. ¿A qué conclusiones llega? Seguramente aparecerá algo más de claridad sobre el problema actual, y también, alternativas de solución.

Escríbalas. Haga una lista, tan extensa como sea factible. Trabaje sobre esas posibles resoluciones para llevarlas adelante. Reconozca el estado emocional en el que está: casi con certeza, de mayor claridad. Ese es el objetivo de este ejercicio.

Fuente: El Observador en base a El Cronista (RIPE)