A qué apostaron compañías como Código del Sur, Microsoft, Infocorp, Overactive y Mapfre para hacer más acogedores sus ambientes al punto que sus empleados prefieran ir, aun pudiendo trabajar remoto.
Trabajar en un lugar tan lindo, que ir a la oficina sea un placer y no una obligación. Sentir que la empresa pensó en las necesidades de cada uno, tanto para desempeñar la tarea profesional como en cuestiones que facilitan el día a día. Que haya café, pero también agua, yerba, frutas... Que uno pueda instalarse en el lugar que elija según el proyecto en el que trabaja y que la única preocupación sea moverse con la laptop hasta el lugar deseado, porque una vez allí todo está listo para usarse (pantallas, audio, cámaras para videollamadas). Que más allá de la demanda laboral, se zafe del estrés en una sala pensada para el ocio, en un lugar para meditar o hacer ejercicio. En Montevideo son varias las empresas que se enfocan en el bienestar de las personas y en la experiencia que viven durante, al menos, su horario laboral.
Las tecnológicas lideran en la innovación, pero otros rubros también apuestan al diseño y a liberarse de tabiques que dividen espacios para ganar metros compartidos.
Como en el hogar
En Punta Carretas Tower, en las dos plantas de Infocorp, tecnología, arte y naturaleza conviven en armonía. En 1.500 m2 no hay ningún detalle librado al azar y cada espacio se pensó cuidadosamente.
«No trajimos nada de nuestra sede anterior, ni una computadora, las donamos colocándoles el nombre de cada persona que las usó para que su historia siga», cuenta Gabriel Colla, fundador de la firma que se estableció en 1994 y hoy trabaja con clientes de más de 15 países. «Nuestra razón de ser es el talento humano. Para que surja y se exprese, les damos las condiciones adecuadas; acá hay inversión, pero también mucho amor», explica Colla.
«Nuestro ADN no está en un espacio físico, viene con nosotros, pensar de cero esta oficina fue un regalo para nuestros 25 años», explicó el ejecutivo que se inspiró en las tendencias más modernas de Silicon Valley y Tel Aviv que utilizan el concepto de «office home».
La oficina no implica un ambiente formal, sino «atractivo y relajado como el propio hogar», agregó Ana Inés Echavarren, CEO de la firma, que mostró a El Empresario una sede donde salas de reunión son vecinas a salas de juegos, yoga y música, y todos conviven con obras de artistas nacionales (Sofía Donner, Santiago y Diego Velazco) y frases inspiradoras. Todo está ideado para resaltar los valores que rigen Infocorp: alegría, resiliencia, empatía, calma, confianza, colaboración, proactividad, innovación y movimiento.
Luz natural, vista y naturaleza —hay paredes cubiertas de liquen— son clave. En la oficina se escuchan playlists y las luces cambian de intensidad. «Marcan el ritmo y advierten que es hora de retirarse, porque la gente no se iba», dice Echavarren. «La nueva oficina fue una sorpresa para todos. Al conocerla, hubo quienes se emocionaron y en los primeros días notamos que los familiares venían y cada uno mostraba su lugar de trabajo con orgullo», puntualizó la CEO.
Tiros libres
Overactive ocupa un piso y medio en la torre III del complejo WTC. Con miras a que sus colaboradores interactuaran y se conocieran, la firma invirtió —entre otras prestaciones— en un play room donde compartir desde un partido de ping-pong, una competencia de tiro en básquet, un torneo de Play o generar reuniones informales, para leer, tocar la guitarra o el cajón peruano.
En la oficina vale usar una patineta, ubicarse en alguna de las mesas de trabajo compartidas e incluso trabajar desde una de las cocinas, donde hay té, leche, café, yerba o frutas a disposición. Overactive fomenta el work life balance, por eso también se puede trabajar desde el hogar o del café de la esquina.
«Promovemos el encuentro, el conocer a otro y saber en qué proyectos está y con estos espacios fomentamos la interacción», explica Verónica Ríos, gerenta de Recursos Humanos de la empresa que invierte US$ 1,2 millones al año en infraestructura.
Parque y piscina
CodigoDelSur inició sus actividades en un monoambiente. Hoy, la empresa ocupa una casa de estilo de tres pisos, 1.200 m2 y un predio de 3.000 m2. Nicolás Amarelle, su CEO, se ocupó de la decoración de la casa. «Le dimos un toque de ciber punk, mezclamos cosas viejas que recobran valor, con interactividad, como una máquina que hace hologramas, una de reconocimiento facial que te identifica o un cuadro donde la Monalisa te saca la lengua», dijo Amarelle.
La sede de Código del Sur alberga a unas 100 personas y aunque cada una tiene un puesto fijo, quienes comparten proyectos trabajan en equipo. Además, hay espacios de uso común tanto para trabajo como ocio.
«El rubro de las empresas de software tiene bastantes amenities, pero somos la única que tiene una piscina», contó el CEO. «Empezamos a usarla los viernes, pero ahora el que quiera puede cortar el mediodía con un chapuzón, jugar al vóleibol, salir a tocar la guitarra debajo de un árbol o descansar en una hamaca paraguaya», dijo.
Quienes trabajan en Código del Sur pueden hacer hasta 30 días de trabajo remoto al año. «Ninguno se los toma en su totalidad, quizás algún día para hacer un trámite, pero la mayoría prefiere venir a trabajar, estar acá o sumarse a un after office», indicó Amarelle.
Un pionero
Los nuevos estilos de oficina hace rato desembarcaron en Microsoft (edificio Mercosur Business Center). «Buscamos lograr un espacio de trabajo que dote a la gente de energía y ganas de compartir buenos momentos, situaciones que me permitan abrirme y contar qué es lo que hago bien y a entender qué es lo que hacen bien los demás para mejorar mi trabajo», explica Rodrigo Astiazarán, gerente general de Microsoft Uruguay.
En el entendido que es productivo generar este tipo de instancias durante el horario laboral, el ejecutivo sostiene que «con ganas y energía» se impulsa la creatividad y la innovación; se genera intercambio generacional y se eliminan los límites de conocimiento.
Espacios creados a medida
«Al diseñar oficinas nos enfocamos en las experiencias que queremos que las personas vivan en su día a día», puntualiza Gabriela Carvallo, gerenta comercial de Contract, firma que crea espacios de trabajo innovadores. Tras investigar en profundidad cómo funciona la empresa, su diseño ayudará a que cada uno tenga lo que necesita para hacer mejor su tarea.
«El índice well, por ejemplo, mide el bienestar que ofrece un espacio», subraya la arquitecta que lideró la remodelación de las oficinas de Mapfre o Boehringer Ingelheim (donde se consideraron los distintos perfiles de sus trabajadores).
«El proyecto de espacios abiertos es parte de la iniciativa Reto Digital que gestionará el cambio que hará que Mapfre avance a un entorno de trabajo que se adapte a nuevos requerimientos. Hablamos de flexibilidad y agilidad, de trabajo colaborativo», dijo Marianne Delgado Loeb, CEO de Mapfre Uruguay. La iniciativa abarcó las oficinas de Juncal y el Centro Atención Integral y la inversión requerida en la obra rondó los US$ 500.000.
La tecnología les permite trabajar desde cualquier lugar: no hay escritorios fijos. En Microsoft pueden interactuar en la cocina (donde hay disponibles café, té, jugos, leche, entre otros), en una barra o en mesas de trabajo comunes para todos. No hay sitios fijos, cada uno puede ir con su laptop y sentarse en un sillón, un puff o una pelota de pilates, aunque haya disponibles sillas ergonómicas.
«Lejos de fomentar la dispersión, la oficina abierta genera más interacción, fomenta el intercambio y acelera la curva de aprendizaje y de cultura corporativa», finaliza Astiazarán y remarca: «Aunque hay flexibilidad absoluta y se puede venir o no, el promedio de ocupación supera el 80%, porque es un espacio donde se pasan momentos agradables y la gente decide venir».
Fuente: El Empresario