Santiago Rosenblatt es hacker desde los 6 años. Después de trabajar con empresarios muy influyentes de Uruguay, apostó por crear su propia empresa que ya juntó una ronda de inversión de US$ 5,4 millones.
Cuando tenía cinco años, Santiago Rosenblatt ya sabía que quería ser ingeniero en sistemas. La prematura pasión por la ingeniería, acompañada por una curiosidad inagotable lo llevó a investigar distintas áreas de la tecnología, entre ellas el hacking.
“Arranqué a hackear desde muy chico, con 6 años” acotó. Por ejemplo, hackeaba videojuegos para acceder de forma gratuita a caracterizaciones pagas para su personaje.
Según Rosenblatt, sus primeros acercamientos al hacking llegaron tras un impulso de su madre, que en ese entonces trabajaba en el área de seguridad de una empresa, concurría a eventos en la materia, y regresaba a su casa con pendrives cargados con programas de hacking, de los que él se adueñaba.
“Cuando entendés cómo funcionan las cosas, las hacés por inercia y es muy rápido”, explicó. Tanto es así que durante los años en los que más hackeaba –entre los 10 y los 14–, en algunos casos particulares lograba hacerlo desde el celular en cinco minutos.
Durante las andanzas de Rosenblatt en internet, sus padres estaban al tanto y se encargaron de cuidarlo. “Si había algo que estaba mal, le enseñábamos que no lo tenía que hacer”, dijo su padre, Tomás Rosenblatt.
“Para mí tener la habilidad de hackear es libertad”, afirmó a El Observador. “Están las reglas, pero perfectamente las podés saltar. Es como que te pongan una barrera, la levantes y pases”, explicó.
Su primer trabajo fue en la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic), al que entró por participar de un evento donde estaba el encargado de la organización. Llamó su atención y lo invitó a sumarse al equipo, trabajo que aceptó tras algunas discusiones con sus padres: “Ellos me decían que aprovechara que tenía la posibilidad de estudiar sin tener que trabajar, y yo les decía que no tenía sentido que no trabajara porque quería aprender más”, contó.
Al tiempo de estar trabajando para esta organización, entró a Astropay. Su llegada fue a raíz de su participación en una hack night (noche de hacking, en español) que organizó la empresa. Desde ese momento, los directores le insistieron para que comenzara a trabajar con ellos y Rosenblatt –que continuaba haciendo ocho horas en Agesic–, ofreció trabajar cuatro horas gratis.
En ese momento aprendió una lección gracias a quien hoy considera una de las personas más influyentes en su vida profesional, Juan José Correa. Quién era el chief executive officer (director ejecutivo, en español) de Astropay le explicó que le estaban insistiendo para que se incorpore a la empresa porque lo consideraban un valor, y que él debía valorarse de igual forma por lo que trabajar gratis no podía ser una opción.
Luego de ese intercambio, empezó a trabajar cuatro horas en Astropay, pero siendo remunerado.
Al tiempo de estar trabajando para Correa, Rosenblatt renunció a su primer empleo y por tener horas libres se contactó con el chief technology officer (jefe de tecnología, en español) de PedidosYa –empresa a la que ya estaba hackeando para reportar vulnerabilidades, pero no de forma fija– para trabajar. Ruben Sosenke le dijo que sí y así comenzó a liderar el área de seguridad de PedidosYa.
La decisión de emprender
Rosenblatt es experto en un área en la que hay escasez de talento a nivel mundial, y por eso tuvo muchas propuestas laborales; en un año llegó a recibir 100 por la plataforma LinkedIn. Dentro de las propuestas que destaca está la de Facebook, porque era su empresa de ensueño. Le ofrecieron una posición de manager y dijo que no para cumplir otro de sus sueños, liderar su propia empresa.
Si bien está muy feliz con su decisión, para Rosenblatt lo malo que tiene emprender es que dejás de lado oportunidades que son impresionantes. Sin embargo, destacó que llevar adelante su propia empresa también es impresionante.
En 2020 creó Strike Security, especializada en buscar errores en los programas de ciberseguridad de las empresas. Además de ser una empresa particular por su trabajo, también lo es por sus empleados dado que el director ejecutivo –Rosenblatt–, tiene 25 años, y los VP of engineering (vicepresidente de ingeniería, en español), Tomás de Angelis, y VP of operations (vicepresidente de operaciones, en español), Facundo López, tienen 22 años. El resto de los trabajadores mantienen la tendencia de la edad.
“Es un equipo muy joven, pero bastante senior a nivel de experiencia”, señaló Rosenblatt. “Es un grupo de gente con ganas de revolucionar la industria, que le ponen mucha energía al trabajo”, añadió. Y esto es lo que más le gusta de su trabajo, la cultura de la empresa.
A nivel del trabajo en sí, Rosenblatt dijo: “Es un placer levantarme todos los días y tener que resolver desafíos. Y estamos resolviendo desafíos para cumplir nuestro propósito, porque nosotros queremos ser una empresa que le permita a la mayor cantidad de empresas posibles tener seguridad de alta calidad”.
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