Con 11 startups de innovación tecnológica, Uruguay es uno de los países que más destaca del continente en la industria Deep Tech.
Emprender a través de soluciones innovadoras que signifiquen un avance tecnológico o científico concreto tiene un nombre: Deep Tech o tecnología profunda, y Uruguay es una promesa regional en esta industria, según indica el primer estudio que dimensiona el ecosistema de innovación en tecnología profunda en América Latina y el Caribe.
El reporte, llamado Deep Tech, la nueva ola, fue elaborado por el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab), AIR Capital, CITES, Deloitte, Draper Cygnus, The Ganesha Lab, GridX y Lab+.
El informe constató el financiamiento de 340 startups distribuidas en 14 países de América Latina y el Caribe. Esto representa un mercado de US$ 8 mil millones para el desarrollo Deep Tech. Además, el análisis estima que este ecosistema regional crecerá 20 veces más en la próxima década.
Por su parte, Uruguay cuenta con 11 startups vinculadas a la Deep Tech. Esto significa que el país tiene una proporción de 3,2 startups por cada millón de habitantes, lo que representa más de 15 veces la cifra de México y Colombia; casi 6,5 veces la de Brasil; y una vez y media más que Argentina. Según esta proporción, Uruguay es el segundo país de América Latina con mayor cantidad de empresas deep tech después de Chile.
Al igual que en la mayoría de los países de la región, la biotecnología es el sector dominante en Uruguay, que representa el 90% de las startups locales de Deep Tech. El 10% restante pertenecen a iniciativas en inteligencia artificial. Según el reporte, el ecosistema local posee un valor mayor a US$ 20 millones.
"Se espera que la biotecnología siga siendo un campo prominente debido a sus conexiones con la alimentación y la agricultura, la disponibilidad de biodiversidad y la abundancia de profesionales talentosos", explica el análisis.
“Con este reporte mostramos que Deep Tech abre nuevas avenidas de crecimiento, permite crear nuevas industrias, expande las posibilidades de inclusión y nos posibilita reducir drásticamente nuestra huella ambiental”, afirma el fundador de Surfing Tsunamis y autor del estudio, Ignacio Peña.
En cuanto a la realidad uruguaya, la investigación indica que la mayoría de las startups locales todavía se encuentran en las etapas iniciales de desarrollo, aunque "algunas muestran un potencial global significativo debido a sus soluciones innovadoras", detalla.
Existen alrededor de cinco fondos de capital que se ven interesados en estas startups. Dos de ellos son recientes y se especializan en Deep Tech —Khem y Lab+—, cuyas sedes se encuentran en Uruguay. Esto “subraya el compromiso del país” por potenciar este ecosistema, puntaliza el análisis.
En este sentido, el relevamiento del BID expresa que Uruguay "ofrece no solo un entorno del mercado amigable y estable, sino también zonas francas que facilitan las operaciones globales para las startups". Además, destaca que el país ha desarrollado una "serie de políticas que promueven la innovación, como esquemas impositivos y alianzas con corporaciones globales, como el convenio con Microsoft para la creación de un laboratorio de inteligencia artificial".
Actualmente, "Uruguay es un hub de innovación en lo que respecta a energías renovables y ciencias de la vida, junto con un programa de matching funds (o fondos compensatorios) de US$ 30 millones" que entrega la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para financiar proyectos de investigación, explica el informe sobre la realidad actual de Uruguay, que apunta a desarrollar el ecosistema Deep Tech local.
Las “principales startups en Deep Tech basadas en Uruguay” son Metabix Bio, Ecosativa, Enteria, Germinar y Benten Biotech, concluye el reporte.
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