La mayor oferta educativa, los menores salarios, las necesidades de las pymes y el hecho de que “el interior estaba totalmente dormido en cuanto a digitalización” son algunas de las explicaciones.
Desde 2019 abrieron 19 empresas de tecnología de la información y comunicación (TIC) que operan en el interior del país y son socias de la cámara que agrupa al sector, llevando a 34 el total con actividad fuera de Montevideo. Veinte son propiamente del interior y las restantes funcionan como sucursales de empresas con sede en la capital.
Una mayor oferta educativa relacionada con las TIC, los menores salarios pagados respecto a la capital y la posibilidad de atender de manera más cercana y personalizada las necesidades de clientes locales son algunos de los factores que favorecieron la radicación de firmas en el interior, según empresarios del sector consultados por Búsqueda.
Si bien los casos son distintos, algunos actores ven en la mayor oferta educativa una de las razones claves para la expansión hacia el interior. Esa es, por ejemplo, la visión del presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), Carlos Acle: “Los polos tecnológicos se desarrollan alrededor de oferta académica, pasa en todo el mundo, y en el interior hay cada vez más oferta educativa gracias a la Universidad Tecnológica (Utec), UTU y Udelar”.
Mauricio Ronqui, fundador y CEO de ALTech dijo que abrió su empresa en San José por la necesidad de “volver a los orígenes y por la posibilidad de trabajar” desde allí con “círculos de empresas, conocidos y familiares que tenían muchos problemas con la digitalización”.
Globant tiene su base en Montevideo, pero cuenta con una sucursal en Punta del Este. “La oficina física en Maldonado tiene el interés de atraer profesionales que no estén en la capital”, aunque eso “no quita que no tenga gente” también en Treinta y Tres y Salto, “no con oficina, pero tienen la posibilidad de trabajar desde casa”, explicó la country manager para Uruguay y Chile, Cecilia Targetta. “Al diversificarse la educación, permite a las personas elegir no venir a Montevideo a estudiar y quedarse” trabajando en su ciudad natal, explicó.
Fate Sistemas, de Minas, surgió primero ofreciendo una aplicación para celular en la que juntó las revistas de clasificado de la ciudad. Actualmente, tiene unos 700 clientes y ofrece un software para contratistas forestales que talan y trasladan madera a UPM, un producto que ha logrado exportar a Paraguay, contó Gonzalo Tellechea, uno de sus socios fundadores.
En Salto hay “unas 20 o 25 empresas de tecnología” del grupo Norte Tecnológico —un espacio integrado por las empresas de tecnología de Salto, Paysandú, Artigas y algunas ciudades de Argentina—, explicó Valentina Tortarolo, miembro de la directiva del grupo, integrante de la CUTI y encargada de ventas en Abstracta, empresa con sucursal en la capital salteña. Según dijo, la apertura de esa oficina en Salto se dio por razones familiares del CEO. “En ese momento no había tanta oferta educativa ni empresas” de tecnología, explicó.
Si bien desde la CUTI no cuentan con datos que permitan vincular la oferta educativa a la llegada de empresas al interior del país, para Acle, si no se hubiera ampliado el acceso a la capacitación, “a las empresas les sería mucho más difícil conseguir gente”.
El presidente de la CUTI opinó que, aprovechando la mayor oferta de capacitación en el interior, también sería deseable que hubiera políticas departamentales para atraer empresas, generando infraestructura. “Está el caso de Paysandú, que tuvo la estrategia de acondicionar la planta de Paylana en un cowork, donde se instaló la empresa Sofka en 2022. Sería interesante pensar en políticas de ese estilo”, afirmó.
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